
Los poetas y la guitarra española: una historia de amor
Y, sin embargo, fue un poeta españ ol, Vicente Espinel, quien otorgó a este instrumento una quinta cuerda a finales del siglo XVI y le dio fama con sus composiciones. Serí a a comienzos del siglo XVIII cuando se le añ adirí a la sexta cuerda que completa la guitarra clá sica que todos conocen y cuyo uso se ha extendido por todo el mundo, convirtié ndose en un instrumento clave, tanto en los grandes escenarios como en las expresiones má s puras del arte popular. 
" Empieza el llanto de la guitarra/ Se rompen las copas de la madrugada  " . Así comienza el poema   " La guitarra  " , de Federico Garcí a Lorca. Andalucí a, el mundo gitano y el flamenco, del que la guitarra es parte inseparable, son la inspiració n de sus obras Poema del Cante Jondo y Romancero Gitano. Pero no ha sido el ú nico poeta en encontrar inspiració n en la mú sica para guitarra: Gerardo Diego escribió " la guitarra es un pozo con viento en vez de agua  " , mientras que Antonio Machado cantó a la guitarra del mesó n que  " hoy suenas jota y mañ ana petenera  " .
Los grandes de la poesí a hispanoamericana tambié n han caí do rendidos ante los encantos de la guitarra españ ola. " Mujer en celo que habla en su canto y muere en su silencio" , escribe Mario Benedetti. " Y así se transformó la noche entera en estrellada caja de guitarra  " , aporta Pablo Neruda. Y añ ade Nicolá s Guillé n: " Voz de profunda madera desesperada" .